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Pese a que se esfuercen otros personajes no habituales en elogiar lo mucho que ha realizado el equipo de gobierno con todas las bondades de sus ejecuciones, no dejan de poner en entredicho todas las actuaciones contradictorias de cuantas nos han prometido en plena campaña electoral. De contemplar la posible recusación del pueblo por todas las mentiras comprobadas de su legislatura, una vez conseguido engañarla, seguro que a estas alturas ya no gobernarían, pues lo que nunca jamás se podría consentir es que anteriormente digan una cosa y seguidamente, tras pasar todas las elecciones posibles vengan con la solfa contraria. Es decir, "Donde digo Diego, digo digo". Eso es todo lo contrario a lo que un día nos prometieron y despues ellos mismos realizaron, pues es evidente que el progreso de todos sus afines o allegados no corresponde con lo que anteriormente eran. Dígase Mariano Rajoy que percibe sus honorarios como registrador, cuando está en situación de excedencia. Llámese como se llame el marido consorte de Maria Dolores de Cospeda,l que trata junto con la conivencia de muchas personalidades gubernamentales en privatizar la sanidad. Y no queremos enumerar la muchas contradicciones y prevaricaciones, por no decir imputaciones que en estos momentos vienen ostentando.
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