Nada nos parece de extrañar el mal comportamiento del Consell de la Generalitat Valenciana con sus ciudadanos venidos a pie desde Villena, para hacerles entrega de un escrito de reclamación, según se desprende de la lectura del Periódico INFORMACION del día de hoy. Dicho escrito refunde las miles de reclamaciones efectuadas por el mundo de la discapacidad que las consellerías correspondientes se niegan a contestar a pesar que la mayoría de ellas las haya remitido el Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana. Es igual, ellos consideran que todos son de casa, como así ocurre con el desacreditado conseller, paisano nuestro, que empeña su honorabilidad para posteriormente comprobar que su palabra vale mucho menos que un antiguo duro sevillano.
Y es que las ratas de cloaca cuando se ven amenazadas comienzan a dar dentelladas con tal de defenderse de su escasa credibilidad y fuerza moral que las arropa, siendo así que su gran debilidad se muestra más que patente.
Un fenómeno extraño es el que debemos contemplar, aquí y ahora. Y es que si bien conocemos la reacciones de una detestable, por la inmundicia que acarrea una rata, fea, asquerosa y repugnante, no es menos cierto que su comportamiento dentro del género humano resulte cuando menos bastante desconocido. Así pues debemos resignarnos ante el temor probable que ello nos pueda producir.
Esta gente del tipo político decadente, solo se da que yo sepa, dentro de nuestra comunidad, de tal modo que estando en estudio carecemos de todo tipo de referencias que puedan surgir por otros lugares. Quizás esto sea causa de nuestra extrañeza, no tener unos parámetros que nos orienten para aplicarlas en nuestras acciones.
No respetan la justicia, mucho menos su aplicación, de tal modo que ésta llamada Ley de Dependencia se la saltan debido a su incapacidad y al mutismo, también, de los tribunales de la justicia española, al menos eso es lo que aparenta. Todos comprados por las subvenciones se niegan a decir lo que verdaderamente sienten, pero es lo que toca, para eso les pagan su silencio.
Otros tiempos vendrán en los que quizás comiencen las instituciones a reaccionar ante tanto desmadre como es el que ahora mismo les consienten.
Mientras tanto a esperar. Ya falta menos, quienes están imputados que son muchos, algunos comienzan a ser abandonados por su propio séquito. Tiempo al tiempo.
Esperemos compañeros, la estaca no puede durar mucho más tiempo clavada en tierra.
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